Entrevistamos a Lluisa Ricart, periodista y consultora de firmas de belleza y moda sobre sus estudios de UGLY BEAUTY donde reflexiona sobre el concepto de que lo feo y lo enfermo se relaciona con belleza y moda creando tendencias.
Aseguras que la moda no es sólo un reflejo de lo bello.
Exacto, a modo de sistema de atajos del discurso de la razón, el pensamiento humano se organiza en estructuras de conceptos. Por ejemplo, la antítesis: lo bueno es bueno porqué hay malo, placer/dolor, claro/oscuro, belleza/fealdad, salud/enfermedad…
Así, la moda también puede ser una voz consciente de que somos vulnerables y perecederos. En esta paradoja reside un indudable poder de atracción.
Llevas ya varios años trabajando en ello…
He analizado como, a lo largo de la historia, los diseñadores, artistas, maquilladores, fotógrafos, tendencia sociales… se han inspirado en diferentes enfermedades para crear estética.
¿Ha sido siempre así?
Observo la atracción por la enfermedad, también en el arte, desde mucho antes del s.XIX, pero mi estudio se centra a partir de ese periodo: la blancura en la tez y el pintalabios rojo inspirado en la sangre de la tuberculosis era contemplado como algo bello.
¡Los labios rojos vienen de una enfermedad!
Es curioso como tendemos a pensar que las modas no nos afectan, que somos “outsiders”. Hay señales de que en Egipto se daban color en los labios con pigmentos, pero el rojo glamouroso de ahora nace de una enfermedad, la tuberculosis del romanticismo.
¿Y la moda?
En los años 20 del siglo XIX, la mujer vestía de blanco. Se imponía la estrechez en la cintura, llegando a forzarla mediante corsés. Con el sentido irónico de que la tuberculosis afecta, principalmente, a los pulmones.
Cuanto más inmóvil quedaban las señoras, más pudientes económicamente eran sus maridos.
Como decía, para conservar su decoloración, las damas se protegían la piel mediante quitasoles. La buena salud era vulgar, el colorete cayó totalmente en desuso y algunas mujeres impudentes llegaron a beber vinagre para producirse anemias.
Y es que el bronceado como sinónimo de estatus aparece más tarde, con Coco Chanel.
¿Y de la tuberculosis a ahora?
Lo que resulta bello en un lugar y tiempo determinados, puede no resultarlo en otro.
Hay referencias claras al sida, la drogadicción, la anorexia, la epilepsia, el cáncer, la esquizofrenia…
¿La drogadicción?
La compleja plaga de los 80 llegó a extenderse como mancha de aceite y rara era la persona que, por ella misma o por familiares o amigos próximos, no fuese víctima del fenómeno.
De hecho, el uso chándal fuera del terreno deportivo lo extendieron los drogadictos porqué era fácil dejar las extremidades al aire para la punción.
Ese look “demacrado” y delgado es el que luego llevó a Kate Moss a romper con los estereotipos de las top models de los 90.
¿Distingues hoy en día más referencias a lo enfermo?
Como leí en una entrevista al filósofo Byung-Chul Han, “la gente se vende como auténtica porque todos quieren ser distintos de los demás”.
La modelo Winnie Harlow, que se ha puesto de moda gracias a la estandarización de su vitíligo, una enfermadad de despigmentación de la piel.
Descubrí a una modelo en Instagram, Jazelle (@uglyworldwide), que juega con el look extraterrestre, andrógino, casi cancerígeno, y los códigos de éxito son los mismos que en otros periodos, especialmente, porqué es algo que favorece ella con su imagen, no es impuesto por la vida.
Estamos en una época de muchos cambios, sobre todo en el terreno digital, y en el requerimiento de dar voz a la identidad de género. Y Jazelle responde muy bien a ambas tendencias sociales.
La modelo a veces también implanta un falso espacio entre sus dos dientes frontales con un inserto negro, simulando un diastema.
¿Diastema?
Es el espacio excesivo entre los dientes incisivos superiores. Lo sufren Vanessa Paradis, Madonna, Lara Stone, Lauren Hutton, el actor Quim Gutiérrez… Pues bien, ha aumentado la demanda de ortodoncias para forzar la separación de los dientes y crear sonrisas imperfectas.
La propuesta de David Delfín para la Primavera-Verano 2009 se tituló justamente Diastema. Una colección en la que modelos pálidos con tubos de oxígeno conectados a su nariz desfilaban al ritmo de un sonido que simulaba el latido del corazón.
El mismo David Delfín se provocó esta separación asegurando que «lo defectuoso es mucho más interesante».
Ahora, ¿qué tendencias sorprenden?
Se lleva la autenticidad hasta el extremo, lo vemos en Instagram, en fenómenos como #FreeThePimple (libera el grano), donde gente con granos cuelga sus fotos; o en #DyedPits, la moda de no depilarse el sobaco y teñirlo de colores.