En los últimos tiempos, la conciencia social por un consumo más responsable ha crecido. Como respuesta, han aparecido multitud de ambiciosos e inusuales proyectos en los que tecnología y moda se mezclan para reducir el impacto ambiental.
¿Y si la ropa no se pudiera tocar?
¿Y si la solución al fast fashion y a los problemas de sostenibilidad que conlleva estuviera en crear ropa que, en realidad, no existe? Los hábitos de compra han cambiado mucho en los últimos años y las redes sociales cumplen un papel muy importante en la vorágine de novedades, lanzamientos y el ansia de los consumidores de moda por estar a la última. Por eso, si lo pensamos bien, la idea de crear ropa digital no parece tan descabellada.
Las prendas son creadas mediante tecnología 3D y solo existen de forma virtual. Es decir, están diseñadas para ser utilizadas solamente en formatos multimedia, como fotos y vídeos. Los compradores adquieren una prenda que no existe físicamente sino que podrán usar para vestir alguna de sus fotos. El proceso es simple: te sacas una foto, eliges la prenda, realizas el pago y marcas la opción “Dress me up”. Entonces, la plataforma viste la foto y te da la opción de descargar la imagen para compartirla en redes sociales. Una opción sin duda mucho más sostenible y zero-waste, ya que no existe más materia prima que la tecnológica.
Uno de los pioneros
La empresa escandinava Carlings fue una de las primeras en desarrollar esta idea con una colección de ropa digital llamada neo-ex. 19 prendas de corte unisex y con precios entre los 10 y los 30 euros. Aunque Carlings no ha sido la única. De hecho, The Fabricant no es que haya creado una colección especial de ropa digital sino que es la primera firma que se dedica exclusivamente a esta nueva forma de hacer moda. Una iniciativa que no solo reduce el impacto ambiental de la industria sino que se adapta a los hábitos de consumo y fomenta la creatividad porque, no te comprarías una camiseta básica blanca digital, ¿no?
La innovación en la moda pasa por la sostenibilidad
Tecnología y moda se unen de otras muchas formas. Muchas de ellas, relacionadas con el reciclaje y el aprovechamiento de los recursos naturales. Volleback y su camiseta Plant and Algae son un buen ejemplo de ello. Las fibras de la camiseta están hechas a base de eucalipto pulido y haya. Los pigmentos, sin embargo, se producen a base de algas. Una alternativa mucho más sostenible que los tintes químicos y que dota a la camiseta de una de sus mayores particularidades: el cambio que los tintes naturales sufren a lo largo del tiempo. En contacto con el aire, el verde del pigmento a base de algas se oxida y se vuelve ocre.
Además, como la Plant and Algae está hecha de naturaleza, una vez ya no podamos usarla, volverá a la naturaleza ya que es biodegradable. Podemos enterrarla en el jardín o en un bosque y desaparecerá en la tierra en 12 semanas convirtiéndose en abono o comida para los insectos.
Prendas de abrigo que van más allá
Volleback apuesta por la innovación en toda y cada una de sus creaciones. Las prendas de abrigo son uno de sus puntos fuertes. Para la Black Squid Jacket se inspiraron en el camuflaje adaptativo de los calamares para crear un impermeable negro pero de todos los colores. Para hacerlo se emplearon láseres con los que incrustar más de 2 mil millones de esferas de vidrio microscópicas en su superficie. De esta forma, aunque a simple vista no es más que una chaqueta negra, al exponerla a la luz refleja todo el espectro de colores.
The Indestructible Puffer rompe completamente con la obsolescencia programada y con los fundamentos básicos del fast fashion. Una chaqueta para toda la vida. Hecha a base de dyneema, la fibra más fuerte conocida, esta cazadora es 15 veces más fuerte que el acero, por lo que no solo está diseñada para pasar de generación en generación sino también puede servir como protección frente a golpes y desgarros. Además, el material del que está hecha tiene una especial sensibilidad a la temperatura de la que han sacado provecho. A cuanto más frío esté expuesto el dyneema, más fuerte se vuelve.
Aunque por ahora son solo algunas las empresas que apuestan por este tipo de innovación, tecnología y moda están cada vez más cerca. ¿Se instaurará la moda digital?, ¿cambiarán los hábitos de consumo lo suficiente como para comprar una única chaqueta? o ¿se convertirán los materiales reciclados en una costumbre más que en una noticia?
Imágenes cortesía de Carlings, The Fabricant y Volleback.