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Vestige Son Vell en un precioso hotel ubicado al oeste de la isla e integrado en el proyecto de restauración Vestige Collection.

Declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993, Menorca es una de las islas peninsulares más preciadas. La conocemos sobre todo por sus playas y sus encantadores pueblos pesqueros. Ahí, en ese entorno abrazado por el mar y la Sierra de Tramuntana, cada vez son más los proyectos que emergen con el propósito de reivindicar la vida lenta y conocer de primera mano artesanos. Una de esas iniciativas es Vestige Son Vell, un hotel afincado en una casa solariega del siglo XVIII. Nos adentramos en sus rincones para conocer la historia que hay detrás de este lugar, integrado en el proyecto familiar Vestige. Se trata de una colección de hoteles y fincas privadas exclusivas que destacan por su identidad arquitectónica y emplazamiento.

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Exterior de Vestige Son Vell. Crédito editorial del hotel.

Ubicado en un privilegiado entorno a poca distancia de algunas de las playas más bonitas de la isla y a escasa media hora de Ciutadella, Son Vell ocupa siete hectáreas de zona verde entre jardines, cítricos, olivares o un huerto ecológico que alimenta la cocina del hotel.

Habitaciones entre arte contemporáneo y diseño

Aunque el espacio exterior es sin duda muy importante, uno de los mayores alicientes de Son Vell son sus dormitorios. Cuenta con 34 suites y habitaciones: seis de ellas dentro de la casa solariega y las veintiocho restantes son suites con jardín en la zona renovada. Combinando muebles antiguos con arte contemporáneo y esculturas, cada habitación está decorada para armonizar con la historia de los edificios: mientras que las suites del edificio principal están pensadas para contemplar la campiña y la costa, las de la zona nueva invitan a tomar el sol y relajarse.

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Una de las habitaciones del hotel, equipada con muebles y materiales responsables con el medio ambiente. Crédito editorial: Vestige Son Vell.

Gastronomía local

La cocina de Son Vell rinde homenaje a las tradiciones menorquinas, los ingredientes frescos y los productos locales. El hotel cuenta con dos restaurantes: Vermell y Sa Clarisa. El primero está a cargo del chef Joan Bagur y ofrece menús inspirados en recetas populares y tradicionales, con influencias de la cocina peninsular, de Gran Bretaña y Francia. Por su parte, Sa Clarisa cuenta con un ambiente relajado en un espacio amplio rodeado de vegetación para comer al aire libre menús ligeros y refrescantes.

Una variedad de experiencias

Para conocer bien el entorno de Son Vell, el hotel ofrece varias experiencias al aire libre: desde un paseo por la Ciudadela más artística, visitando galerías, fundaciones y una colección de arte privada, hasta una sesión de cine bajo las estrellas. También música en directo en Vermell, clases de yoga matutinas, excursión en paddlesurf, ruta en un jeep, montar a caballo o la posibilidad de alquilar un barco.

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Piscina exterior del hotel. Crédito editorial: Vestige Son Vell.

La sostenibilidad por encima de todo

En Son Vell han incorporado muchas políticas y prácticas ecológicas en consumo de energía, eliminación de plástico, reducción y reutilización. También han instalado paneles solares y pozos geotérmicos que les permiten ser autosuficientes en un 60% sobre el uso de la energía en las instalaciones. Asimismo, los muebles tapizados y las alfombras se eligen o encargan por sus fibras naturales como el lino, el yute, la seda o el algodón, y solo utilizan tintes sin químicos. Estas son solo algunas de las medidas medioambientales que aplican.

Helena Moreno

Periodista cultural de Barcelona. He colaborado en medios como El País y Exit Media. Me interesa el arte, el diseño, la gastronomía y descubrir lugares singulares; entre ellos hoteles.