En la actualidad, cada vez son más los profesionales que utilizan el Diagnóstico Facial para detectar precozmente los primeros signos de trastornos o enfermedades a través del rostro. Se trata de una técnica nada invasiva y que, según el especialista Álvaro Matiz: “Permite hacer un análisis detallado de la relación que tiene la salud de determinados órganos con el rostro de las personas”.
Pero el diagnóstico por la tez no es un descubrimiento de la ciencia moderna. Esta técnica tiene su origen en la Medicina Oriental. Para los taoístas, el rostro era el lugar donde confluían los doce canales que, según su visión, conforman nuestro entramado energético. Cada canal está asociado a un órgano o entraña, por lo tanto, el color de la piel del rostro es el resultado del estado de salud.
Con diferentes matices, nuestra piel tiende a mostrar un color predominante que, según la Medicina China, debería ser rosado, pues es el resultado del correcto equilibrio energético entre el bazo, el corazón y el estómago.
Sin embargo, este es un estado ideal de salud que pocas veces se corresponde con la realidad. Por suerte, a través de la alimentación podemos restituir el buen funcionamiento de nuestros órganos para mantener la belleza y el rostro perfecto.
Una buena manera de ingerir cítricos es en zumos o licuados
Un tono de piel verdoso, refleja un desequilibrio energético del hígado. Los alimentos de sabor ácido ayudan a restituir su buen funcionamiento, además de ser desintoxicante y alcanilizante. Se encuentra en: piñas, ciruelas, azafrán, azuquis, vinagre, fresas, membrillo, yogurth y frutas cítricas.
Las naranjas, junto con los limones o pomelos, son muy alcalinos, por lo que ayudan a depurar toxinas del torrente sanguíneo
Un rostro predominantemente rojo revela un exceso de energía del corazón. El sabor amargo regula el equilibrio energético de este órgano, favoreciendo también la digestión y eliminando el exceso de humedad en el cuerpo. Entre los alimentos amargos se destacan: pepino, espárragos, nabo, centeno, papaya, col, lechuga o té de crisantemo.
Crisantemos se reverencian como una de las cuatro plantas nobles en la antigua china por sus valores medicinales.
La piel grisácea es síntoma de una deficiencia energética del riñón. El consumo moderado de sal tonifica este órgano si la incorporamos mediante alimentos naturalmente salados como: algas, pescado azul o blanco, sepia, cangrejo, almejas, ostras, agua de vichy o las coles de Bruselas.
Además de ser un manjar exquisito, las ostras ayudan a reestablecer la energía del riñón
Un rostro amarillento se asocia con un desajuste en el buen funcionamiento del bazo. El aceite de soja, las castañas, la canela, las zanahoria, las patatas, el sésamo, las legumbres en general o algunos cereales como el arroz o el mijo son alimentos que ayudan a ingerir azúcar de manera saludable ya que estos se encuentran naturalmente en su composición.
El sésamo estimula la digestión, aumenta la inmunidad natural y es un estupendo reconstituyente
La canela mejora los problemas de circulación y es beneficiosa para las personas con diabetes, ya que ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre
Si el rostro luce excesivamente pálido o blanco, la energía del pulmón no está funcionando correctamente. El picante estimula este órgano llamado “maestro de la energía”, haciendo referencia a la importancia de una buena respiración para conseguir el equilibrio energético de todo el organismo. Rábano, pimienta, mostaza, ajo, jengibre fresco o cebolla ayudarán a tonificar el pulmón y favorecerá la circulación.
La capsaicina, substancia que hace que los chiles sean picantes, puede además estimular su metabolismo y ayudarle a combatir la grasa.
La cebolla es rica en vitaminas A y C que ayudan a resolver todo tipo de afecciones respiratorias
El primer paso para mantener en rostro perfecto comienza por cuidar nuestra principal fuente de energía, la alimentación. Una buena salud es sinónimo de belleza. Healthyfood, beauty, balance & harmony. En Horse Mag nos inspira el estilo de vida equilibrado.