Writer SARA PONTES
El 21 de octubre del 2014, el mundo de la moda lloraba la pérdida de uno de sus grandes maestros. Óscar de la Renta, fallecía a los 82 años en su casa de Conneticut, tras perder la batalla contra el cáncer. Infatigable trabajador y dueño de una personalidad cautivadora, De la Renta se convirtió en el modisto que hizo soñar a generaciones de mujeres tan dispares como Jackie O. Kennedy, Hillary Clinton o Laura Busch hasta conquistar el star system de Hollywood al completo.
La mezcla de elegancia urbana y glamour de sus creaciones, era indescriptible. Su último trabajo fue el romántico vestido de novia que creó para Amal Alamuddin, la esposa de George Clooney, el pasado mes de Septiembre.
Nace en Santo Domingo (República Dominicana) y, siendo muy joven, llega a España para estudiar Bellas Artes y conocer a Cristobal Balenciaga, junto al que empezaría a dar sus primeros pasos en el mundo de la moda y donde se forjaría como figura de un “couturier” que diseñaba por y para las mujeres. Desde Madrid, se trasladó a París y más tarde a Estados Unidos, dónde debutó como Director Creativo de Elisabeth Arden. Fue allí donde decidió crear su propia marca de Pret-à-porter, que lo convertiría en un auténtico emblema en la industria de la moda. El prestigio que adquirió a lo largo de esos años le permitió volver a París en 1993 como diseñador de Alta Costura de la casa Balmain, cargo que ocupó durante casi una década.
Compañeros de profesión y grandes amigos, como Diane Von Furstenberg o Carolina Herrera, ensalzaban su carácter divertido y generoso, de formas seductoras y elegantes, y dueño de un encanto innato. Su personalidad convivía en coherencia con sus diseños, que se caracterizaban por sus siluetas estilizadas y femeninas, de corte con tendencia clásica, y que defendían la idea de una moda entregada al placer de lo exquisito. En ellos, se percibía el espíritu de un creador que bebía de la tradición europea y americana, capaz de interpretar a la perfección la esencia de ambas culturas.
El éxito de Óscar de la Renta radicaba en unas colecciones que irradiaban color, romanticismo y una elegancia sin estridencias basada en los detalles y en un profundo respeto por la mujer. El último desfile, Primavera/Verano 2015, es una excitante explosión de vitalidad llena de flores, revelando una vez más, su máxima de crear prendas que enamorasen a las mujeres. Con el paso de los años, su creatividad se extendió a todo tipo de productos, desde perfumes, bisutería y hasta muebles, creando un Imperio sinónimo de prestigio y buen gusto.
Un mes antes de su muerte, se confirmaba la incorporación de Peter Copping como nuevo director creativo, asegurando así el relevo creativo de la marca. El presente y futuro sin la magia Óscar no serán lo mismo. Su marcha deja huérfana a la industria de la moda de un gran talento y sensibilidad, de la clase y el estilo de una personalidad que iba más allá de sus diseños.