El próximo día 7 de mayo se celebrará el gran acontecimiento social neoyorquino, la Gala MET. ¿El tema escogido para 2018? Moda y religión. En concreto, moda y religión católica.
Ciertamente, el catolicismo ha resultado una inspiración constante para los diseñadores a lo largo de los años. Más o menos polémica y más o menos evidente pero, en todo caso, es en esa influencia en la que se inspira la temática de la Met Ball para este año y sobre la que versa la exposición “Cuerpos celestiales: la moda y la imaginación católica”, que estará abierta al público en el Museo Metropolitano de Nueva York desde el 10 de mayo hasta el 8 de octubre.
¿Un tema controvertido?
Si bien, desde que Anna Wintour tomó las riendas en 1995, la Gala se convirtió en todo un fenómeno global, este año la expectación es todavía mayor. ¿Por qué? Porque los invitados tienen que hacer una interpretación personal de la temática escogida. La alfombra roja es el foco de atención más importante de la noche, todas las grandes marcas quieren estar presentes para mostrar sus diseños en los cuerpos de las celebrities. Pero, ¿de qué forma llevarán a cabo firmas y asistentes dichas interpretaciones en esta edición?, ¿optarán por la neutralidad o por el escándalo?
El año pasado, el evento se dedicó a la diseñadora japonesa Reí Kawakubo, la mujer detrás de Comme des Garçons. Era la primera vez desde 1983 que el Departamento de Moda del museo escogía a un protagonista vivo y las interpretaciones de los invitados, más o menos atrevidas, dejaron algunos de los looks más espectaculares de la temporada.
Por lo tanto, dejando fuera la polémica, resulta verdaderamente interesante observar la influencia que ha tenido el catolicismo en el mundo de la moda. Y es que, como ha dicho Andrew Bolton, comisario del Metropolitan Museum de Nueva York:
“La moda y la religión siempre han tenido una estrecha relación, inspirándose e influyéndose mutuamente”.
La religión se sube a las pasarelas
De ello podemos encontrar una infinidad de ejemplos en los que los diseñadores suben el catolicismo a la pasarela. Formas, tejidos, colores, símbolos pinturas y mosaicos. Las posibilidades son infinitas.
Del mismo modo, España, uno de los países con una mayor tradición religiosa, encuentra en Cristóbal Balenciaga uno de los máximos exponentes de esta influencia, sobre todo en las formas. Vestidos muy austeros que imitan los atuendos de párrocos, frailes y monjas y una pasión por el arte que también se ve reflejada en sus diseños.
Una alusión más reciente es la que se pudo ver en la Colección primavera-verano de Alta Costura 2007 de Jean Paul Gaultier. Inspirada en la iconografía que rodea a la Virgen y, en concreto, a Nuestra Señora de los Dolores, las modelos lucieron halos, mantillas y otros detalles como corazones atravesados por espadas o lágrimas surcando sus rostros.
En 2014, Valentino presentó en su Colección de Primavera de Alta Costura un vestido en el que se incluía una escena de Adán y Eva del cuadro de Lucas Cranach El Viejo. La prenda formará parte de la exposición del MET. Asimismo, es una clara muestra de que no solo existe una fuerte unión entre moda y cristiandad sino también entre moda y arte.
De igual forma Dolce & Gabbana han recurrido en varias ocasiones a la iconografía religiosa dentro de sus colecciones pero, sin duda, la más celebrada fue la Colección Otoño-Invierno 2013. En una oda al arte bizantino, los diseñadores desfilaron los mosaicos de las catedrales italianas de Monreale, La Martorana y Cefalú.
Pero no solo las firmas prestarán sus diseños a la exposición. El propio Vaticano prestará al museo alrededor de cuarenta piezas de arte eclesiástico. La mayoría de estas piezas nunca han visto la luz fuera de la Santa Sede.
La moda se alía con la Santa Sede en una exposición que es un recorrido por la historia, por la fe y por el arte.