En el mundo en el que vivimos, un gran proyecto urbanístico o arquitectónico no puede limitarse exclusivamente al material, al conjunto de elementos agrupados artísticamente
con una funcionalidad. El mismo, también debe de integrar una fusión armónica
con su entorno, sea éste urbano o natural.
Cuando el entorno se trata de un espacio silvestre protegido, como por ejemplo, un bosque casi virginal estonio, el escenario se vuelve aún más delicado para el constructor. Un simple fallo, y se podría condenar perennemente a la vida de hormigón a este otrora lugar idílico.
Tal es el caso de la instalación Ruup (megáfono en estonio) diseñada por la estudiante de la Academia de Bellas Artes de Estonia, Birgit Oigus. El equipo que lideró logró en 2015 construir tres inmensos ‘megáfonos’ de madera noble en lo más profundo del bosque de esta nación báltica. Los mismos ayudan a amplificar los sonidos naturales del entorno, a la vez que sirven para sentarse, dormir y reflexionar. La idea primordial de Ruup es que funcione como una biblioteca gratuita con un catálogo inconmensurable de audio-libros sobre un único tema: los sonidos de la naturaleza.
“El objetivo principal es que abandonemos por un rato la vista y nos centremos sólo en escuchar”, declaró Oigus sobre su obra. “En el bosque del condado de Voru es posible percibir sonidos familiares y a la vez renovados, ya que los mismos se nos van olvidando con la vida urbana”.
La talentosa joven estonia explica que la madera no es un material rígido a diferencia del acero, sino que se presenta como ligero y acogedor, aportando una acústica exquisita. “Además, la forma que le hemos dado a este elemento noble logra amplificar sonidos de ciertas frecuencias como si se tratase de un auténtico megáfono”, explica Oigus.
La instalación fue liderada por los diseñadores Tonis Kalve y Ahti Grünberg, creadores de Derelict Furniture, marca de muebles de diseño fabricados con materiales reciclados. Esta vanguardista marca estonia crea muebles inusuales con madera recuperada de desperdicios industriales y antiguas naves madereras.
Evidentemente, Kalve y Grünberg ayudaron a su estudiante a conseguir toda la madera necesaria para Ruup. Grünberg graduado de Arquitectura de Interiores y Diseño de Mobiliario en la Academia de Artes de Estonia ha trabajado en varios reconocidos estudios de arquitectura del país. Kalve, por su parte, graduado en la misma escuela ha dado nacimiento a varios proyectos de interiorismo en Tallin.
El proyecto inspirado en “The Linguistic Forest”, best seller del escritor estonio Valdur Mikita, contó asimismo con el apoyo del Estudio de diseño y arquitectura B210 con sede en Tallin. Este colectivo se autodefine como profesionales versátiles que sienten el hogar a cualquier escala y que ofrece soluciones sofisticadas en cuanto a ambientes comprensivos, espacios emotivos, lógica funcional, en fin, la arquitectura como una experiencia.
De hecho, el propio Centro Estonio para la Conservación de los Bosques ha estado implicado con el grupo de creativos desde el inicio. “Estamos contentos de proveer un espacio audiovisual asombroso para la contemplación, y que incluso, es una obra que se presta para que los aventureros pasen la noche entre los árboles”, señala Marge Rammo, la responsable del centro.
Estonia, una nación cubierta de bosques en el 51% de su territorio, donde es casi un deber de cada ciudadano acampar en los mismos (gratuitamente), y cuyos senderos y campings están valorados por su maravillosa riqueza natural. Ahora además cuentan con Ruup, esta vanguardista obra interactiva que ayudará al atrevido excursionista a percibir el vasto catálogo de sonidos del frío bosque.