La tecnología de impresión en 3D se está haciendo un hueco en el mundo del diseño, sobre todo en cuanto a joyería se refiere, debido a sus múltiples ventajas. A nivel estético, el grado de detalle y complejidad que se consigue sería prácticamente imposible o, al menos, prohibitivamente costoso de obtener mediante las técnicas tradicionales.
Esto implica fundamentalmente dos cosas, ambas muy positivas. De un lado, permite a los diseñadores ser más creativos en sus diseños al no tener que ajustarse a moldes específicos que requieren de una cierta simplicidad para ejecutar las piezas con éxito. Y de otro lado, la reducción de costes y la facilidad del proceso productivo abre un sinfín de posibilidades a mentes creativas antes limitadas por los complicados procesos de ejecución.
De esta forma, la impresión en tres dimensiones se acerca al gran público en forma de objetos cotidianos y bellos, dejando atrás la concepción de esta técnica como algo ligado exclusivamente al ámbito científico. Los siguientes diseñadores son solo algunos ejemplos.
Artur Dabrowski
Este arquitecto nacido en Brooklyn no solo emplea el 3D como técnica sino que idea sus creaciones a partir del concepto de la “profundidad” tanto en términos visuales de composición como en la cuestión narrativa.
Los anillos, collares y pulseras de Dabrowski cuentan historias. La serie “Multiply like rabbits” muestra a pequeños conejos en multitud de situaciones, en su mayoría enfrentándose al abismo. Mientras que su serie arquitectónica tiene un significado y valor personal ligado a su infancia. “Me crié en un edificio de ladrillo en Brooklyn, así que asocié la pared de ladrillo como un refugio de mi infancia introvertida. El arco se convirtió en un portal metafórico a través del cual podía expresarme” afirma. Y así creó el anillo “brick arch”.
Todas sus piezas de joyería se encuentran disponibles en tres terminaciones diferentes de color: latón, bronce y plata.
Juan Carlos Baumgartner
Este arquitecto mexicano se adentró en el mundo de la joyería casi por casualidad y como una manera de darle uso a su impresora 3D. Así que, conocedor de sus posibilidades, creó sus dos primeros prototipos: un par de brazaletes para sus dos hijas en las que se podía leer el trazado de su barrio.
Aprovechando el potencial de esta tecnología, lo que comenzó como un regalo evolucionó en toda una línea de joyas inspirada en los trazados urbanísticos de colonias icónicas de la Ciudad de México como el Pedregal, la Condesa o el Centro.
Kasia Wisniewski
es la mente y las manos detrás de Collected Edition, una firma de joyería y accesorios tanto para mujer como para hombre que ha dado un giro a la tradicional y modernista forma de entender la impresión en 3D, llena de formas geométricas y lisas, dotando a sus piezas de un toque de artesanía romántica inspirada en la naturaleza.
Kasia estudió diseño de moda e historia del arte en el Pratt Institute y trabajó para marcas de lujo como Vera Wang o J.Mendel pero no le gustaba la inaccesibilidad de ese mercado. “La impresión en 3D es mucho más igualitaria, si tienes una dirección de diseño fuerte y estás dispuesto a invertir el tiempo y la energía suficientes para aprender a diseñar en 3D el mundo está en tus manos”, ha dicho.
De entre sus diseños destacan las coronas de flores, impresas en nylon y con un acabado de efecto porcelana mate, son increíblemente ligeras. El grado de detalle que consigue en cada pétalo y cada pequeña parte de la flor son espectaculares gracias al uso de la tecnología 3D.
En cuanto a su línea de joyería, la colección contiene anillos y colgantes con motivos florales y disponibles en una amplia variedad de acabados. Latón, bronce, plata de ley y oro (blanco, amarillo y rosa).
La línea masculina se compone de alfileres para corbata y boutonnieres también de motivos florales y distintos acabados. Una forma original de accesorizar un traje para un evento especial.
Colleen Jordan
La idea de esta diseñadora era conseguir crear algo bonito y permanente que fuera más allá de un simple material inerte. Las plantas son bonitas, ayudan a limpiar el aire que respiramos y el hecho de llevarlas puestas puede ser un buen iniciador de conversación ¿por qué dejarlas entonces en casa?
Así nace “Wearable Planter”, pequeños cubículos impresos en 3D y acabados a mano por Colleen que unen tecnología y naturaleza en forma del colgante, pin o accesorio para la bicicleta. Cada una de estas “mini-macetas” portátiles portan un brote, una suculenta o una flor.
Facilidad de uso e infinitas posibilidades: las dos claves que hacen que mentes creativas de todo tipo se abran a técnicas 3D para plasmar sus ideas, esta vez en forma de joyas.