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Holbox es una palabra de origen maya que significa “Hoyo negro”. Pero independientemente de la etimología, lo cierto es que todo aquel que tenga la inmensa fortuna de visitar esta isla del Caribe mexicano, una vez que la conozca, cada vez que sueñe con el paraíso le volverán a la mente las imágenes de las playas de Holbox.

Contemplar un atardecer sobre las aguas del Caribe, es uno de los mejores recuerdos de Holbox.

Os vamos a hablar un poquito más de este lugar tan especial, pero ya os avisamos que la lectura de este texto va a tener dos efectos. En primer lugar, una irremediable envidia por no encontrarnos en este preciso instante allí. Y segundo, ganas de hacer las maletas y lanzarnos a descubrirlo en persona.

Si es así, sabed que deberéis volar al aeropuerto internacional de Cancún, y desde ahí desplazaros por carretera unas dos horas hasta llegar a Chiquilá de donde zarpan los ferrys que en una media hora os desembarcarán este edén caribeño, perteneciente al estado de Quintana Roo.

Los hoteles de Holbox

Allí os esperan varios establecimientos hoteleros, pero ninguno perteneciente a los grandes grupos de la industria. Se trata de hoteles como Casa Sandra, Las Nubes o la Casa de las Tortugas, donde sus propietarios quieren compartir el paraíso y las razones por las que se enamoraron de este lugar. Es decir, son apuestas de alojamiento de lo más acogedoras.

En Holbox no hay grandes cadenas hoteleras, solo acogedores hoteles-boutique.

Y también, como la inmensa mayoría de negocios de la isla, son extraordinariamente respetuosos con su entorno natural. Esta es la norma en Holbox. Disfrutar de esa naturaleza privilegiada, pero respetándola para conservarla. Solo con un dato queda demostrado. La isla de Holbox tiene 2 kilómetros de ancho por unos 40 de largo. Pues bien, para desplazarse por ella no hay más vehículos que las bicis y los cochecitos eléctricos de golf.

La estancia en Holbox

Además de gozar de las instalaciones de esos hoteles. También hay que aprovechar para disfrutar de la gastronomía local. Hallaréis distintos restaurantes repartidos por la localidad. Nos esperan establecimientos igual de personales que los hoteles, y platos que son la esencia del Caribe. ¿Puede haber en otro lugar una pizza de langosta hecha en horno de leña? Pues esa es la especialidad de Holbox.

El Café Colibrí otro de los establecimientos de Holbox

Pero hay otras muchas delicatesen que probar. Por supuesto que en los platos se usa el marisco más fresco y se hacen ceviches memorables. Y es imprescindible comer camarones y más camarones. Aunque no todo son productos del mar, también hay que degustar la sabrosa cochinita pibil. En definitiva, recomendamos estar unos cinco días aquí e ir cambiando de lugar donde comer. Recomendamos ir a Roots, Las Panchas, Mandarina, el Sabor de las Nubes, el Bar Maiz o al Viva Zapata.

Punta Coco y Punta Mosquitos

Ir a Holbox es un viaje al Caribe, al mejor Caribe y eso viene a significar que hay que disfrutar de inmensas playas de fina arena blanca y cocoteros para dar sombra. Es uno de los lugares de ensueño de la Riviera Maya, donde las vistas siempre son a un horizonte inmenso dominado por la claridad de las aguas del mar. Claras y también muy calmadas. Sin apenas oleaje, de hecho apenas tienen profundidad y es posible caminar sobre ellas.

¿Buscas relax? La playa de Punta Coco es un lugar ideal.

Esta una de las actividades más plácidas que se realizan en la isla, caminar por playas a las que siempre querréis regresar. Así que comprad un buen picnic y dirigiros a sitios como Punta Coco y Punta Mosquitos. Allí, sencillamente disfrutad del momento. Solo eso, sin hacer nada, solo ver el mar, caminar, descansar,… y por supuesto poneros bien de crema protectora. Estas horas serán uno de los mejores recuerdos de este viaje.

Más actividades en Holbox

Todavía tenemos más ideas para vuestra estancia en el paraíso.

Una de las más especiales es hacer una excursión mar adentro. El objetivo es llegar a las aguas donde nada el pez más grande del mundo: el tiburón ballena que puede alcanzar hasta los 12 metros de largo. Por aquí está sobre todo en verano. No os lo perdáis si vuestro viaje es de junio a septiembre. Y siempre deberéis ir con una compañía responsable. Guías y barcos que se preocupan de que estos avistamientos sean lo menos dañinos posibles para estos gigantes de los mares.

Impresionante imagen del tiburón ballena.

Si el tiburón ballena solo es visible en verano, otra de las maravillas locales se contempla todo el año. Nos referimos a los efectos bioluminiscentes que se dan en algunas de sus playas. Hasta ahí llegan microorganismos que poseen un molécula llamada luciferina, capaz de emitir luz si entra en contacto con el oxígeno. Magia natural y un espectáculo maravilloso que se disfruta cualquier noche del año, si bien muchísimo mejor en las noches sin luna.

A un lado las aguas del mar y la playa, y al otro los manglares de la laguna de Yalahau.

Y otra actividad imprescindible durante unas vacaciones en Holbox es remar un poquito en kayak para navegar entre los manglares de la laguna de Yalahau para llegar a Isla Pájaros. El nombre de este islote ya nos da una pista de lo que nos esperan allí. Una infinidad de aves, desde los flamencos rosas hasta pelícanos, garzas, cormoranes, gaviotas… Un derroche de la naturaleza, tal y como decíamos al principio: ¡un auténtico paraíso!

Fotografías cortesía de la Secretaría de Turismo de Quintana Roo