Este año ha sido un punto de inflexión en la carrera artística de Gastón Lisak, quien sigue creciendo en el mundo del arte contemporáneo con muestras en diferentes puntos de España.
A través de su arte crítico y reflexivo ha cautivado al público con exposiciones como Lossless en el ADN Fórum de Madrid o en la Fundación Guinovart de Lleida, donde presentó Dialogando entre Ex Votos, junto a piezas de Josep Guinovart. Para este noviembre, Lisak ha viajado a Barcelona con dos propuestas destacadas: ByInvitation en el Círculo Ecuestre y Crítico en el MEAM, donde continúa explorando sobre cómo los objetos cotidianos “nos permiten entender mejor quiénes somos y adónde queremos ir”.
Gastón Lisak redefine lo cotidiano
El pasado 10 de noviembre, el artista concluyó su exposición en By Invitation, en el Círculo Ecuestre de Barcelona, donde reflejó su visión sobre la fragilidad de lo material y lo digital. A través de las piezas de su serie Lossless, Lisak nos hace reflexionar sobre el significado de los objetos en la era digital. La muestra fusiona figuras de distintas culturas, y con un patrón de PNG se perciben como si fueran transparentes.
Por otro lado, en el MEAM de Barcelona, la exposición Crítico reúne a Gastón Lisak y a 30 artistas más en un espacio donde el arte se convierte en un foco para cuestionar las verdades que damos por normalizadas. Bajo la curaduría de Luis López y la galería Inéditad, Crítico invita a explorar obras que hablan de justicia social, diversidad sexual o resistencia frente a las crisis contemporáneas. Lisak, fiel a su exploración de la Arqueología Mundana, aporta a esta muestra dos piezas llamadas Marchand de Rêves. Las obras nos invitan a viajar hasta el mundo de los mercaderes y descubrir las historias que encierran cada una de las piezas que venden. La muestra estará expuesta hasta el próximo 19 de noviembre.
Para el artista, su interés por la antropología de los materiales comenzó con visitas a mercados de segunda mano, espacios que le parecían casi mágicos. De esta manera, a través de sus exposiciones nos invita a redescubrir el valor de aquello que nos parece común. Podemos ver en cada pieza una historia distinta y, en cada historia, una parte de nosotros mismos.
«Siempre me han fascinado esos lugares llenos de encantos, historias, memorias y sueños. Creo que es una especie de lugar de paso donde no sabes muy bien qué va a pasar.», explica el artista.
El viaje crítico a través del arte
Lisak ha encontrado en los objetos cotidianos una gran herramienta para reflexionar sobre nuestra propia sociedad, un enfoque artístico que lo une al Arte Povera. Tal y como nos comenta el artista, en 2018 tuvo la suerte de conocer a Michelangelo Pistoletto en La Habana, donde dirigía el Foro Tercer Paraíso, y participó junto a los creadores de Random Happiness. Además de la influencia de Pistoletto, el trabajo de Lisak se ha ido enriqueciendo con la visión creativa de artistas como Ai Weiwei, Antoni Miralda, Joana Vasconcelos, David Hammons, Bruno Munari o Desislava Terziera.
El artista dedica largas temporadas a la búsqueda de objetos, aunque cree que “ellos me encuentran a mí, y generamos un diálogo para encontrar su transformación”.
Su trabajo abarca diversas líneas, como Sacred Plastics, Arqueología Mundana, Normalización o Lossless, todas centradas en la reinvención y crítica constructiva de los objetos cotidianos para verlos desde una nueva perspectiva.
En en caso de Sacred Plastic, que estuvo expuesta en la Fundació La Caixa, Lisak reflexiona sobre la naturaleza del plástico, un material que describe como un “arma de doble filo”. Nos comenta que es atractivo por su versatilidad, pero también dañino cuando se usa sin responsabilidad. A través de sus esculturas, captura lo fascinante y asfixiante del material, reflejando el impacto de los plásticos en nuestro día a día.
Tu obra tiene un claro reflejo del Arte Povera. ¿Cómo nació tu interés por ese movimiento?
Tuve la oportunidad, en 2018, de conocer a Pistoletto en La Havana, donde dirigía el Foro Tercer Paraíso y participaba de cerca con Random Happiness. Además, me interesa el arte como una manera de entender nuestro entorno, y los objetos son muy importantes, ya que nos definen como sociedades. Trabajo mucho con arqueología mundana, objetos del presente que nos permiten entender mejor quiénes somos y adónde queremos ir.
¿Nos podrías hablar del proceso de trabajo ready-made que sigues en tus esculturas?
Al trabajar mucho con objetos, paso largas temporadas buscándolos. A veces pienso que ellos me encuentran a mí, y generamos un diálogo hasta encontrar la transformación correcta. Tengo varias líneas de trabajo: Sacred Plastics, Arqueología Mundana, Normalización o Lossless. Todas ellas, se basan en una transformación distinta de los objetos para poder verlos de una manera diferente. Como diría el poeta alemán: “Haciendo extraño lo familiar, y familiar lo extraño”. Creo en el arte como un proceso de archivo. Como historias ligadas a un contexto muy marcado, que a parte de ser bellas, físicamente y conceptualmente, nos servían para entender mejor de dónde venimos.
¿De qué forma surgió tu interés por la antropología de los materiales?
Empecé a ir a mercados de segunda mano. Siempre me han fascinado esos lugares llenos de encantos, historias, memorias y sueños. Creo que es una especie de lugar de paso donde no sabes muy bien qué va a pasar. Es como cuando vas a un aeropuerto y cada uno tiene su vida y destino. En los mercados pasa algo parecido, muchos objetos vienen de un lugar y acaban yendo a lugares totalmente distintos.
En tu serie Sacred Plastic evidencias la controversia que genera el plástico. ¿Qué te interesa de ese material?
El plástico es un arma de doble filo. Un material sexy, porque nos ha permitido crear muchas cosas, pero a la vez muy perjudicial si se usa en grandes cantidades y sin pensarlo. Creo que con mis esculturas reflejo ambos elementos, la versatilidad y lo fascinante del material, y por otro lado, lo asfixiante.
¿Qué artistas te han influido más?
Sin duda alguna, poder estar cerca de artistas como Antoni Miralda, Joana Vasconcelos, Ai Weiwei, David Hammons, Michelangelo Pistoletto, Bruno Munari o Desislava Terziera.