La moda es un reflejo de la sociedad, y como tal, se ha sumado a la preocupación ambientalista global para sumergirse en una nueva transformación hacia la moda sostenible. Hace tan solo unos años el sistema de la industria textil sufría un gran salto global de deslocalización. Nacía lo que se denominó la “fast fashion”, la creación de prendas en serie y a bajo coste de forma continua.
Nos hayamos ahora ante el comienzo de una nueva era en la que la sostenibilidad tiene todas las de ganar. Lo que algunos califican como una tendencia pasajera o una mera campaña de marketing de las empresas para ganar adeptos o quitarse de encima a los ecologistas, es en realidad una necesidad. La sostenibilidad tiene una utilidad no solo para la sociedad en general, cuyo futuro depende del mantenimiento de los ecosistemas, sino para las empresas y grandes corporaciones que reducen costes y se perpetúan a largo plazo.
Algunas marcas ya nacen como referentes. Las firma de moda sostenible Edun se crea en 2005 y su entrada en el año 2009 en el conglomerado de LVMH, empresa matriz de Luis Vuitton, Dior, Kenzo o Fendi, se ha marcado como el comienzo de la oleada de firmas de moda sostenible que nacerían a partir de entonces. Eileen Fisher o The Reformation en el ámbito internacional y El Naturalista, Zara o Skunkfunk en España.
Pero no solo nacieron nuevas firmas, la industria tradicional también se introduce en el mundo eco. Y es que la sostenibilidad no discrimina por tamaño empresarial, es más, las grandes empresas tienen la posibilidad de invertir grandes cantidades de capital en mejoras que, además, tienen un alto retorno en beneficios.
La moda sostenible no se basa simplemente en el uso de elementos naturales para la manufactura, sino que también pasa por la innovación en los prodecimientos y procesos cada vez más eficientes y en el apoyo a las comunidades. Las distintas marcas aplican las bases de este forma más responsable de entender la industria de maneras distintas y originales.
Original sin duda es el nuevo conjunto de lencería y medias presentado por Wolford. Una colaboración con Cradle to Cradle que responde a la peculiar pregunta de: ¿Cómo transformar tu lencería en una ensalada? Pues sencillo, mediante tejidos fabricados con hilos que puedan formar parte de un ciclo infinito que no cree residuos y con tintes y químicos saludables y seguros, de forma que se puedan convertir en nutrientes para el planeta. Así Wolford extiende su compromiso ecológico fuera incluso de sus instalaciones de producción.
Más o menos originales o en mayores o menores niveles, infinidad de firmas apuestan por la eficiencia ambiental de sus productos.
Eileen Fisher
Eileen Fisher es una de las marcas estadounidenses líderes en moda eco. Con su Programa “Visión 2020”, pretende alcanzar la meta de ser 100% ecológica para ese año. Mientras tanto, emplea materiales sostenibles para sus prendas y ha ideado un sistema de recogida de ropa usada que reutilizan para crear otra nueva. Además, la firma trabaja con artesanos de India y Etiopía, muestra de la revalorización del trabajo artesanal, que se abre paso entre las grandes cadenas de producción.
Kering
Parece que la moda con conciencia ha llegado a las empresas que controlan el lujo mundial y, entre ellas, destaca Kering. El conglomerado al que pertenecen marcas como Gucci, Yves Saint Laurent, Balenciaga o Puma ha entrado a formar parte por primera vez en 2016 del Top 100 de empresas sostenibles elaborado por Corporate, ocupando el puesto número 43. Un ranking en el que Adidas ocupa un sorprendente quinto puesto.
En 2017 han presentado su nuevo Plan de Sostenibilidad para 2025. Un documento elaborado en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y que incluye medidas como la reducción de las emisiones de carbono en un 50% o la reducción del impacto medioambiental en un 40%. Además, han desarrollado un índice con el que asegurarse de que sus proveedores también respeten los estándares de sostenibilidad del grupo.
Las principales áreas de enfoque de este documento coinciden con las que más contribuyen a la huella ecológica de una industria que es la segunda más contaminante del planeta: las emisiones de carbono, la contaminación del agua, la producción de algodón y la ganadería.
Para Marie Claire Daveu, ejecutiva del grupo Kering,
“la sostenibilidad ya no es una opción
(en el mundo de la moda)”
Esta filosofía empresarial se contagia a todas sus marcas, que idean medidas concretas para crear moda sostenible. En Gucci, bolsos como el superventas Dionysus, ha sustituido el PVC que se empleaba en sus detalles, por el menos contaminante poliuretano. De esta forma se consigue una mejora significativa en cuanto a impacto medioambiental pero sin repercusiones a nivel estético. Y aunque la firma emplea en sus complementos pieles animales, se ocupan de seleccionar especies que no se encuentren en peligro de extinción y ganaderos que cumplan sus estándares de respeto animal. De hecho, han empezado a construir una granja de serpientes de pitón en Tailandia para garantizar que la cría de estos animales sigue la normativa adecuada en materia de sostenibilidad.
Con estos cambios en el diseño de los grandes clásicos queda demostrado que la estética no es un lastre para la ecomoda. La tecnología abre las puertas tanto a crear piezas innovadoras como a recrear clásicos, todo ello con un impacto mínimo sobre el medio ambiente y manteniendo los estándares de responsabilidad social.
Por su parte, Puma ha pasado de la práctica bancarrota a convertirse en una de las marcas deportivas más chic y con más éxito del último año. Todo ello tras su compra por el grupo Kering. La empresa cuenta con una importante filosofía social, que les ha llevado a firmar un reciente acuerdo con IFC que les permita apoyar a sus proveedores e invertir en la mejora de las fábricas en cuestiones medioambientales y de seguridad laboral.
Adidas
Una de las firmas deportivas más concienciadas con el medio ambiente. Adidas acaba de lanzar la que es su segunda colaboración con Parley for the Oceans, una plataforma inmersa en diferentes proyectos para frenar la huella medioambiental y que se ha unido a Adidas para crear las camisetas de los equipos de fútbol Real Madrid y Bayern de Munich.
Las equipaciones se han elaborado a partir de un nuevo tipo de fibra sostenible procedente del plástico usado que la organización recoge en sus acciones de limpieza del fondo marino de Maldivas. En su primera colaboración, este mismo tipo de fibra ya se había usado para la creación de las zapatillas Ultra Boost.
Más allá de colaboraciones puntuales, Adidas se ha marcado dos interesantes objetivos. El primero, reemplazar los materiales no renovables de sus zapatillas como el poliéster, y el segundo, investigar cómo reciclar los diferentes tipos de plástico que emplean para darles una nueva vida. Su próximo reto pasa por el desarrollo de materiales que puedan ser reciclados de manera infinita sin perder sus propiedades.
Otra compañía que ha empleado el plástico de las botellas de una forma inteligente ha sido Emirates. La aerolínea lo ha empleado en este caso para crear las nuevas mantas que ofrece en sus vuelos Economy Class de larga distancia. Cada manta se confecciona con 28 botellas de plástico reciclado y se calcula que a finales de 2019 habrán reutilizado 88 millones de botes de plástico de los vertederos.
Y es que la innovación en los tejidos se extiende no solo al ámbito de la moda, sino que empresas de todo tipo se preocupan de emplear telas recicladas o ecológicas como parte de su compromiso social. C&A, H&M y Adidas son los grupos de moda que usan más algodón orgánico reciclado en un ranking que encabeza el gigante sueco Ikea.
Levi’s
El compromiso de la empresa con el ahorro de agua destaca desde hace años. Levi’s es consciente de los peligros medioambientales que conlleva el proceso de tinte y lavado de las prendas vaqueras, por eso la compañía centra sus esfuerzos en la optimización del su consumo de agua. La campaña Levi’s Water Less comenzó en el año 2011 y desde entonces ha conseguido ahorrar unos doscientos millones de litros de agua. Mientras que un jeans común consume 42 litros de agua en su proceso de acabado, un jeans rígido water<less 501 consume menos de un litro. Pero, sin duda, el gran salto lo ha dado la empresa al hacer públicas sus técnicas. La mejor forma de celebrar el Día Mundial del Agua y un gran gesto de generosidad y responsabilidad social.
Conmemorando a la que se ha convertido en su símbolo en cuanto a sostenibilidad, en 2016 se produjo el nacimiento de LS&Co Collaboratory, un programa de becas anual para emprendedores en el ámbito de la moda sostenible. Cada año tendrá una temática diferente en relación con la sostenibilidad en el mundo de la moda y, como no podía ser menos, el primer año se ha dedicado al ahorro de agua.
Además, también cuentan con un programa de recogida de prendas usadas, que acaba de empezar a extenderse en Europa pero lleva activo en Estados Unidos desde el 2015. El programa cuenta con el apoyo de I:CO, dedicada a la reutilización y reciclado de textil.
Inditex
El low cost se ha unido poco a poco a la moda sostenible. Inditex no ha sido de las primeras ni mucho menos, pero en los últimos meses ha dado grandes pasos hacia la sostenibilidad, sobre todo en su firma insignia, Zara.
En 2007 la compañía española redactó el “Manual para el diseño, construcción, mantenimiento y gestión de la tienda ecoeficiente”, comenzando un largo proceso de remodelación y reestructuración de sus establecimientos y con el objetivo de conseguir en el año 2020 que todas sus tiendas fueran ecoeficientes y todas sus prendas luciesen el sello distintivo “Green to Wear”.
En 2016, Zara lanzó además el proyecto Join Life, que abarca varias iniciativas. Entre ellas, una colección de prendas elaboradas con tejidos ecológicos, un servicio de recogida de ropa en colaboración con Cáritas, Cruz Roja y Oxfam y un nuevo servicio de paquetería ecommerce que emplea cartón 100% reciclado. Solo con esta última medida se evita la tala de unos 21.840 árboles y se reducen las emisiones de CO2 en 1.680 toneladas al año.
H&M
La gran distribución cuestiona su sistema y otro de los grandes paradigmas de la fast fashion destaca entre sus competidores por su conciencia ambiental. H&M es uno de los mayores compradores de algodón orgánico y uno de los mayores usuarios de poliéster reciclado a nivel mundial. En 2014 utilizó poliéster reciclado equivalente a cuarenta millones de botellas PET y se han marcado el objetivo de que su algodón proceda de fuentes 100% sostenibles antes de 2020.
En 2017 nos sorprende con su nueva colección Conscious Exclusive, formada por prendas fabricadas a partir de residuos reciclados de la costa. Además de una completa colección de mujer y una línea para hombre, se incluirán por primera vez prendas para niños, así como la fragancia Conscious Exclusive, elaborada a partir de aceites orgánicos. Estará disponible en unas 160 tiendas de todo el mundo, y online, a partir del 20 de abril.
La supermodelo y filántropa Natalia Vodianova es la imagen de la campaña de Conscious Exclusive de este año, siendo esta su primera campaña para H&M.
“Estoy orgullosa de formar parte de la campaña Conscious Exclusive de H&M. Es increíble ver los avances en los tejidos sostenibles que se utilizan en la colección, lo que prevé un futuro más sostenible para toda la moda”, explica Natalia Vodianova.
La creación estrella de esta colección es sin duda el etéreo vestido plisado en rosa pastel. La fluidez de su tejido demuestra que un estilo impecable puede ser respetuoso con el medio ambiente. Lo eco no es sinónimo de aburrido, sino que abre todo un mundo de posibilidades por explotar que, firmas low cost como H&M acercan al gran público a un precio asequible.
Y es que ni el precio ni el estilo están reñidos con la sostenibilidad. El futuro de la industria de la moda pasa por reinventarse y conseguir que la moda rápida, por definición insostenible, responda a los nuevos valores de una sociedad que requiere y necesita de un nuevo modelo más responsable.