Poco a poco están apareciendo nuevas personalidades en el panorama influencer. Pero hay una cosa que las diferencia y mucho de sus predecesoras y es que ya no son de carne y hueso sino que solo existen en el panorama digital.
Estos personajes creados gracias a la tecnología 3D empiezan a atraer, poco a poco, tanto a marcas como a seguidores. Y aunque ninguno de los ejemplos que os vamos a mostrar llega al nivel de Chiara Ferragni (casi 12 millones de seguidores) o Kim Kardashian (108 millones), lo cierto es que se están creando una horda de followers que merece al menos una mención.
Las marcas se lanzan a colaborar con influencers digitales
Para las marcas, en su eterna pugna por diferenciarse, un influencer digital puede ser un concepto muy atractivo. Este es el motivo por el que muchas de ellas se han lanzado ya a colaborar con estas creaciones 3D. Si la tecnología avanza hacia la personalización, también lo hacen estos personajes, a los que sus creadores les otorgan “vida propia”. Son más que una mera imagen, tienen una historia que contar.
El perfil digital más destacado es, sin duda, el de Miquela Sousa. Joven, mitad brasileña y mitad española, residente en Los Ángeles y activista. Pero en realidad, nada de eso. @lilmiquela cuenta ahora mismo con 677 mil followers, nada mal para un ser incorpóreo, y se ha dejado ver con prendas de firmas como Chanel, Moschino, Burberry, Versace, Fendi y Proenza Schouler.
Pero ha sido Prada la que ha dado un paso más allá al colaborar con la influencer durante su desfile de la colección Otoño-Invierno 2018, durante el cual, Lil Miquela se apoderó del Instagram de la marca para hacer un seguimiento del show en tiempo real. Y es que las marcas que apuestan por la innovación y por la diversidad están siempre en búsqueda del efecto sorpresa.
La realidad virtual en el mundo de la música
La fama de Miquela ha trascendido fuera del mundo de la moda. En el año 2017 lanzó el single Not Mine, que alcanzó el número 8 en la lista de éxitos virales de Spotify durante ese año. Y es que en el mundo de la música las celebridades virtuales están lejos de ser una novedad. La banda británica Gorillaz, formada por cuatro personajes animados, se fundó en los años 90.
Pero si hay un lugar en el que los grupos y solistas virtuales están a la orden del día ese es Japón. El mejor ejemplo es Hatsune Miku, un holograma de 16 años que se ha convertido en estrella del pop. En lo músical, ha colaborado con Lady Gaga o Pharrell Williams, pero es que además, Marc Jacobs diseñó su vestuario en el año 2013.
Siguiendo la estela de Lil Miquela se encuentra su versión masculina @Blako22. Su cifra de seguidores aún se encuentra lejos de la de su amiga, pero teniendo en cuenta que hace tan solo 5 meses que se dio a conocer en la red social, no tardará mucho en alcanzarla.
Shudu Gram, la modelo virtual
La mente detrás de @lilmiquela o de @Blako22 todavía es un misterio, pero el que sí se ha dado a conocer es el creador de Shudu Gram, la modelo virtual que ha encandilado a Fenty Beauty. El fotógrafo Cameron-James Wilson creó a @shudu.gram como una forma de practicar con la tecnología 3D. Una belleza africana que pronto se hizo viral por su exotismo y sus rasgos marcados.
Su salto al éxito, como el de muchas estrellas, se produjo de forma casual e inesperada. Un amigo del fotógrafo tomó prestada la imagen de su perfil personal de Facebook y la compartió. Tyra Banks reposteó la imagen y después de los likes de modelos como Naomi Campbell o Whinnie Harlow y de que Fenty Beauty compartiera una imagen de la modelo en su cuenta, su Instagram cuenta ahora con más de 68 mil seguidores.
¿Un paso hacia atrás o un paso hacia el futuro? Sus detractores afirman que la perfección photoshopeada de estos personajes no es más que una reafirmación de los viejos cánones de belleza que tan ansiadamente se quieren superar. El hecho de que el creador de Shuzu Gram haya afirmado haberse inspirado en Barbie para su creación no ha hecho más que avivar la hoguera de la polémica.
Sin embargo, la creatividad detrás de la imagen y la innovación tecnológica hacen de estos avatares un posible futuro digital para la industria.