La cosmética vegana ha ido ganando protagonismo en nuestros neceseres y filosofías de consumo. Maquillaje, productos faciales y corporales sin ingredientes de origen animal y, por supuesto, cruelty-free a los que se incluyen un producto de higiene singular, el perfume. En los últimos años han ido apareciendo firmas con fragancias veganas y naturales. De todas ellas, destacamos cinco.
Laboratory Perfumes: aromas únicos
Fundada en 2011, Laboratory Perfumes crea fragancias veganas, unisex y únicas, ya que están formuladas para reaccionar de forma distinta en cada persona y para evolucionar a lo largo del día. Tanto sus eau de toilette como sus velas están fabricadas en UK con ingredientes sostenibles y cruelty-free.
5 aromas conforman Laboratory Perfumes. Amber es una fragancia rica, amaderada y compleja, con ámbar gris mezclado con notas especiadas. Gorse huele a verano. Abre con un primer golpe cítrico y luego deja paso al coco y al cardamomo. Samphire evoca al aire fresco de la costa a través de distintas esencias: bayas de enebro, cítricos, lavanda, romero, albahaca, verbena, musgo de roble… Tonka nos recuerda a los aromes del bosque gracias a la vainilla, los granos de pimienta rosa y la mandarina zingy. Por último, la más cálida y suntuosa, Atlas. Con notas de tabaco, ron, vainilla, canela, jengibre y pimienta negra.
Lush: fragancias líquidas y sólidas
Lush es seguramente la más conocida de esta lista por el gran público. La marca de cosmética natural incluye entre sus productos una amplia gama de perfumes, sprays corporales y perfumes sólidos. Todos ellos veganos. De hecho, Lush lucha de forma activa para acabar con el testado en animales. Fruto de su inversión en investigación, han conseguido probar en células 1000 productos Lush de forma segura.
Una nueva firma: Maar Fragances
Maar Fragances nace de la mano de Marina García, que después de haber trabajado con gigantes del sector como Inditex o Puig, se ha lanzado al mundo startup con una propuesta propia, más natural, sostenible, vegana y de proximidad.
Mina, Nayla y Élise son las tres fragancias de la firma. Mina es un perfume cítrico, luminoso, fresco y alegre. Su ingrediente principal es el aceite de bergamota procedente de la zona italiana de Calabria. Nayla es un tributo a la delicadeza de la flor de naranjo que crece en Túnez, en la zona de Nabeul. Es una fragancia floral y atractiva. Sus notas florales se mezclan con un corazón de aceite de neroli y un fondo de iris y vainilla. Élise es la más atrevida. Inspirada en la grosella negra que crece en la región francesa de Borgoña, tiene un aroma oriental y más opulento.
Los tres cuentan con un 97% de ingredientes naturales, el alcohol que contienen es ecológico, no son testados en animales, su packaging es reciclable por partes, no utilizan celofán y sus componentes proceden de proveedores de proximidad. Además, la compañía destina un 2% de sus ventas a la fundación Save the Med, que lucha por la regeneración marina del Mediterráneo.
Le Labo: símbolo de estatus
Le Labo nació en Grasse, la capital de la perfumería en la Riviera francesa. Pero fue en Nueva York donde creció y se convirtió en la firma que es hoy. De ella destaca sobre todo su carácter artesanal. Cada fragancia se mezcla a mano y personaliza según el pedido. Su línea de productos incluye, además de una amplia gama de perfumes, productos corporales, para cabello y rostro; una línea para el afeitado; y fragancias para el hogar en forma de velas y ambientadores. Su apuesta por el veganismo en sus productos es clara. De hecho, en su página web se puede leer: “Creemos que es más humano testar cosméticos en neoyorkinos que en animales”.
Su fragancia más conocida es Santal 33, un perfume unisex creado en 2011 y que se inspira en el gran mito americano del Oeste. Con notas de cardamomo, lirio, violeta, madera y especias. Sobre él dijo el New York Times que, en los círculos de Nueva York y Los Ángeles, si no hueles a Santal, no eres nadie.
Delisea: packaging biodegradable
La colección Delisea se compone de cuatro fragancias veganas para mujer y dos para hombre. Esta empresa española apuesta por el cuidado del medio ambiente de forma original. Su packaging es 100% de papel reciclado; la tinta, ecológica; el tapón de las fragancias proviene de bosques gestionados de manera sostenible y, lo más curioso de todo, la etiqueta está hecha con un papel de semilla biodegradable que se puede plantar. Cada uno de sus cuatro perfumes femeninos pertenecen a una gama olfativa distinta: Suna es gourmand; Coral, cítrica; Sea Bloom, floral y Adarce, oriental-floral.
Fragancias veganas, naturales y sostenibles para cuidar nuestra piel, deleitar nuestro olfato y contribuir a la protección del medio ambiente.
Imágenes cortesía de las marcas mencionadas.