Jessi Rask es una escultora y pintora danesa que nos fascina por su estilo propio y una personalidad que enamora.
Hacia el atardecer llegamos a la preciosa residencia de Jessi Rask en Cadaqués donde nos recibe con una familiar sonrisa de bienvenida. Antes de empezar con la entrevista, damos un paseo por el jardín donde podemos contemplar sus esculturas entre el verde de los árboles y el cielo que, aunque el día estaba nublado, nos quedamos sin palabras ante tanta belleza.
En palabras de Àlex Mitrani, Doctor en Historia contemporánea:
«Cuando Jessi Rask pinta en Cadaqués, el mar entra literalmente en su estudio. Sus pinturas invitan a la inmersión en un ámbito dúctil, móvil, ora seductor, ora enigmático…”
La artista lleva más de 30 años viviendo en este pueblo del Alt Empordá, el que fue el hogar de Salvador Dalí hasta su muerte. Jessi Rask nos abre las puertas de Angelroc, su lugar de residencia, una casa con entrada al mar desde donde no le falta la inspiración para realizar sus creaciones.
¿Cuándo empezó tu fascinación por el arte?
Cuando era pequeña, tenía unos 6 años, vi por televisión un señor con un bastón, vestido de una manera muy elegante. Al día siguiente en la escuela nuestro profesor repartió entre cada alumno una porción de arcilla para crear una pieza. La mayoría de niños y niñas hicieron ceniceros y adornos fáciles para regalar a sus padres. Yo hice a aquel hombre elegante de la televisión, el cual me había fascinado. Aún conservo esta escultura.
Te desenvuelves entre la pintura y la escultura: Cuándo creas un cuadro o una escultura, ¿tu mundo interior es el mismo, o conectas con un mundo diferente?
Es un poco diferente. He conocido muy pocos artistas que sean pintores y escultores al mismo tiempo. En mi caso, puedo pasar un tiempo creando escultura en el taller y luego sentir la necesidad de los colores. Durante casi toda mi vida he trabajado con óleo.
A los 15 años visité un museo en Copenhague donde había una exposición de Pablo Picasso. En esa época no podía encontrar materiales de pintura y óleos con facilidad, así que cogí material que encontré en mi escuela y empecé a pintar totalmente inspirada por el cubismo de Picasso y su época azul. Estoy hablando de los años 60…
¿Ya habías visitado España?
Visité España por primera vez a los 18 años y conocí a Salvador Dalí en Barcelona. En aquella época, era modelo de la agencia de Jonny Casablanca en París y fuimos invitados por una agencia de modelos de Barcelona para trabajar y aprovechamos para visitar la ciudad. Tras una de las sesiones de fotos, fuimos a una recepción del hotel donde estaba alojado Dalí en una suite, todo el mundo quería hablar con él. Salvador Dalí vino hacia mí, me retiro del grupo y empezamos hablar de arte, tranquilamente, así fue en nuestro primer encuentro. Mi hermana, ya conocía a Salvador Dalí ya que ella es fotógrafa.
¿Cuándo te enamoras de este rincón del mundo llamado Cadaqués y de Angelroc?
Durante un tiempo estuve buscando una casa que fuera especial. En Saint-Tropez visité alrededor de 60 casas y solamente una fue de mi agrado. En aquel instante me vino el recuerdo de Cadaqués y decidí dar una paga y señal a la casa de Saint-Tropez y pasar unas pequeñas vacaciones aquí. Había muy pocas casas en venta y alquilamos durante unos días este lugar donde ahora estamos. Lo que sentí aquí cuando sentada miraba el mar no lo había sentido nunca en ningún lugar. Así que dejé la casa de Saint-Tropez y aquí llevo los últimos 35 años.
¿Cómo defines tu conexión con tu Arte? Hay artistas que encuentran el proceso de crear difícil, extenuante mientras que otros lo definen como una meditación o momento feliz…¿Cómo es para tí?
Para mí la escultura es más relajante que la pintura. La escultura … no es forzada. En cambio la pintura es más difícil, ya que necesito pensar y planificar. Puedo realizar hasta 8 capas, entonces me resulta más cansado.
Entonces, ¿la relación con tu escultura no pasa por una idea preconcebida?
El proceso de la creación cuando empiezo una escultura es una relación física y poética con el material, me sucede lo mismo que a Miguel Ángel, la escultura surge de la materia. Es un diálogo entre el material y yo.
He trabajado muchos años con un importante escultor danés, él dibuja muchos bocetos antes de esculpir, yo en cambio no dibujo. Mi creación va directamente de mi imaginación al material. Mi comunicación con mis esculturas tienen una conexión sensual y poética y no es racional o planificada.
¿Eso te pasa con la pintura?
No. No es lo mismo. Es más planificado en mi pintura figurativa, en cambio es más sensorial en mis pinturas abstractas. No me centro en un estilo en concreto.
¿Quién o qué te inspiran? ¿ Cuáles son esas épocas en la historia o esas personas que te inspiran? ¿O te inspiras solamente en tu mundo interior?
Por ejemplo, en la escultura es más tu mundo interior pero de pequeña me inspiraban y siguen haciéndolo las esculturas de Henry Moore, Jean Arp… Esta sería, según François Sthaly, quien me enseñó en Italia a esculpir en mármol, mi familia de escultores. Aquí en Cadaqués tenemos una escultura de François Sthaly llamada El cuarto viento.
Hay artistas que al crear miran hacia el pasado y otros tienen su visión en el futuro, ¿cómo te ves a ti misma como artista?
Mi época favorita es el Renacimiento, pero no me quedo en una época; me gusta nutrirme tanto del pasado, como descubrir el futuro y plasmarlo con mi Arte.
Tus dos hijos también se han decantado por el mundo del arte en sus profesiones. Tu hijo John se dedica profesionalmente a la magia y tu hija Jessica es directora de fotografía, ¿cómo te han inspirado tus hijos dentro de tu mundo artístico?
Desde pequeña tengo fascinación por los ángeles y los colecciono. Cuando Jessica era pequeña hizo un dibujo en el colegio y en ese dibujo representaba un ángel con cola de sirena y me lo regaló (aún conservo ese dibujo). Ese dibujo inspiró mi escultura bautizada como Ángel Sirena. También tengo algunas esculturas en las que represento a mi hija Jessica de pequeña, estas esculturas las tengo en Suiza.
John es diferente, John me inspira el mundo de la magia y utilizo la pintura para plasmar ese universo mágico que mi hijo representa.
¿Cuál es tu elemento favorito en la Naturaleza?
El agua.
¿A qué te hubieras dedicado si no hubieras sido artista?
Hubiera sido arquitecta.
No sé por qué nos esperábamos esa respuesta, dado que los escultores suelen tener fascinación por la arquitectura. Al despedirnos, dejamos Cadaqués atrás con la sensación de haber aprendido mucho y haber conocido a una persona magnética.