Writer LAURA SUNYER
Cuando pensamos en joyería imaginamos oro y piedras preciosas… Bagués-Masriera, una de las más históricas e importantes joyerías del mundo, siempre ha tenido la técnica del esmalte como punto de referencia y podríamos decir que ha hecho de ella su especialización. Joan Oliveras Bagués, su presidente, nos habla de esta sofisticada y valiosísima técnica.
Nacida en 1839, la joyería Bagués-Masriera presume de ser una de las joyerías más antiguas de España… ¡y de Europa! Tras 175 años de historia, ¿cómo ha evolucionado la joyería? La joyería ha cambiado con el impulso de los cambios sociales. El momento crucial es cuando la mujer se incorpora al mundo laboral y pasa a ser una consumidora directa de joyería. Con este cambio, el joyero tiene contacto directo con la portadora de la joya y ésta le traslada sus necesidades. La mujer quiere joyas que se adapten a los distintos momentos del día y quiere sentirse atractiva. Así pues, la joya contemporánea está pensada para la vida moderna.
Háblame del esmalte. El esmalte es un lenguaje que nos vincula con nuestro entorno cultural. Somos hijos del Mediterráneo, lo que se refleja en una expresión muy colorista; el Modernismo catalán fue uno de los introductores del color en la arquitectura. Mediante el esmalte, se consiguen mezclas que nos llevan a tonos de color que no podríamos abarcar con las piedras preciosas, rendimos homenaje a esta cultura colorista tan propia.
Esta amplia paleta de colores precisa una técnica muy refinada, nosotros trabajamos los esmaltes al fuego, que elaboramos a 800 grados de temperatura.
La segunda generación de la dinastía Masriera, José y Francisco, eran pintores además de joyeros. Lluís Masriera fue también pintor, dramaturgo y escenógrafo. Os situáis en la casa Ametller, obra de Puig i Cadafalch e icono del Modernismo. Joyería, arte, arquitectura… ¿Existe una relación intrínseca y recíproca entre estas disciplinas? Sí, podríamos decir que todas las disciplinas artísticas intervienen en nuestra joyería, están interconectadas. Aún así, la joyería lo engloba todo de una forma sintetizada, tiene parte de arquitectura, de escultura y de pintura. Su única limitación es el espacio.
Lluís Masriera elevó la joya a la categoría de obra de arte, explícame esto. Lluís se formó primero en Suiza como stagier y luego en París. Ahí es donde vio el nacimiento Art Noveau que introdujo al regresar y cambió el concepto de joyería a obra de arte, y eso supuso una gran novedad.
Vuestras joyas se comercializan en el extranjero, háblame de esta internacionalización. Nuestro primer mercado es Japón, una geografía muy madura culturalmente y con un altísimo nivel de sofisticación. También estamos en Estados Unidos, Rusia, Ucrania, China, Malasia, Singapur, algunos puntos de Europa y, por supuesto, España; aunque el 80% de nuestra facturación proviene de los países extranjeros.
Si tuvieras que elegir un momento en la historia de la joyería, por su creatividad o innovación, ¿cuál sería? El Modernismo. Me parece especialmente interesante porque se corresponde con un cambio de siglo que supuso una explosión a nivel artístico. Nacen todas las vanguardias. Fue un momento riquísimo.
LOS HITS DE JOAN OLIVERA BAGUÉS
1- ¿Un libro? “La terra eixorca”, un libro de poesía de Thomas Stearns Eliot.
2- ¿Una película? “Blow Up”. ¡Quise ser fotógrafo al día siguiente!
3- ¿Una pasión? El coleccionismo de arte, es con lo único que podría arruinarme. No colecciono un período o estilo, sino piezas. Me fascinan obras concretas.
4- ¿Un viaje? Nueva York es un destino recurrente, necesario permanentemente para coger perspectiva.