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Barcelona se ha de volcar con el mar y la Copa América será una gran oportunidad para ello.

Del 11 al 15 de octubre Barcelona celebra una tradicional cita con el sector marítimo: el Salón Náutico Internacional, un evento organizado por Fira de Barcelona en varios emplazamientos del Port Vell. Horse Magazine ha hablado con su presidente durante el primer día de esta feria en un puerto ya preparado para 2024 y el evento más importante que se celebrará en la ciudad en décadas: la Copa América. Conde nos explica dónde está el evento dentro de los salones europeos, la importancia que tendrá la Copa América para Barcelona, si la ciudad está volcada con el sector y como sería un Náutico aun mejor, con nuevas ideas, con mayor implicación administrativa y ciudadana.

Si aterrizase ahora mismo en este muelle y no supiera nada de la historia de esta feria anual… ¿Cómo me explicaría que es el Salón Náutico de Barcelona?

Luis Conde: De una manera muy resumida le diría que durante estos días y en estos muelles, el aficionado al mar puede satisfacer todos sus intereses. Los propietarios de barcos de todo tipo, desde pequeñas embarcaciones a esloras ya más importantes, pueden modernizar aquí sus equipos de navegación. Es más… aquí se puede encontrar absolutamente todo lo que necesite, cosa que no sucede con normalidad ni con cualquier otro sector, como el inmobiliario o automovilístico, en los que sabes perfectamente donde has de acudir para ver las novedades o cumplir con tus necesidades.

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Los yates a motor están ubicados en Moll d’Espanya Marina Port Vell

¿Cómo está el sector en cifras?

L.C: En términos generales le diré que, en España, cada año, se venden unos 5.400 barcos. Esta cifra media se ha sostenido en los últimos tiempos. Es una cantidad discreta si tenemos en cuenta que el parque marítimo total es de unas 150.000 embarcaciones. Esto quiere decir que de esa cifra se renueva un pequeño porcentaje y la renovación real de toda la flota se dilata en muchos años. En cosas así se ve claramente lo unida que está la náutica con el ritmo de la economía de un país. En los últimos años hemos sufrido tres golpes fuertes, como la crisis global de 2008, la etapa del procés y post-procés alrededor de 2017 y la pandemia, que dio un parón, aunque luego todo cambió de manera notable.

¿Y los números concretos de la edición de 2023?

L.C: Para esta 61º edición del Salón estamos hablando de 20.000m2 de exposición, de 240 expositores, que han aumentado la superficie contratada y 160 barcos expuestos en la muestra flotante. Estos son un poco menos que el año pasado debido a la presencia de las bases de los equipos de la copa, que se han quedado con parte del espacio dedicado a ello. Esperamos cerrar el Salón con más de 50.000 asistentes hasta el domingo.

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En el Moll de la Fusta hay una amplia exposición de yates a vela y catamaranes

¿La ciudad sigue dándole la espalda a su mar?

L.C: Eso quedó bastante atrás. Aquella ciudad que no parecía ciudad de mar ya no existe. Solo hay que echar un vistazo a todo lo que se ha hecho urbanísticamente en los últimos años y creo que si estamos encima y frente al mar con normalidad.

Le replanteo la pregunta. ¿Barcelona está volcada con este sector?

L.C: ¡Ah! Esa es otra historia. Hay afición, eso está claro al ver este evento, al ver los pantalanes de los puertos. Lo que sigue faltando es más implicación de un Ayuntamiento que en los últimos ocho años nos dio la espalda y tendría que haber visto nuestro sector como algo positivo y no centrarse en lo elitista. El mar es para todos y el sector marítimo puede ser tan popular como prácticamente cualquier otro deporte.

Solo hay que ver las localidades costeras al sur y norte de nuestra ciudad: ahí hay una afición genuina y muy normal, municipal por el mar, por la vela, por el sector. Creo que nuestro ayuntamiento tiene que dar pasos más decididos para abrirse más al mar no solo en lo obvio sino en trasmitir lo importante que puede salir de allí en todos los aspectos.

Es inevitable hablar de la celebración de la Copa América cuando queda menos de un año para que se celebre en estas mismas aguas. ¿Qué aportará este evento a la ciudad?

L.C: Además de hacer que Barcelona se vuelque con su mar, una misión de todos y sobre todo de los organizadores del evento. Es una oportunidad realmente enorme. Los responsables de la Copa han de trasmitir más esa emoción a los ciudadanos y no centrarse sólo en la vida de las bases y los aficionados que ya están ganados de entrada. Han de hacer vibrar a todos. Para la ciudad en las últimas décadas, la Copa creo es lo mejor que va a pasarle. Seguro.

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Equipo de Emirates Team New Zealand actual defensor de la Jarra de las 100 Guineas, durante la pre regata celebrada el pasado setiembre en Vilanova i la Geltrú

Va a poner la ciudad durante semanas, en los ojos de todo el mundo y, sobre todo de cierto perfil de personas que van a encontrar a nuestra querida Barcelona como algo deseable: los viajeros americanos, un turismo que tiene un perfil muy interesante para nosotros, y a los turistas náuticos. ¿Sabe que comparado con un visitante de a pie, el que llega por mar tiene un gasto medio diario nueve veces mayor? Si queremos mejorar el perfil de la ciudad, un evento de esta magnitud es muy importante. Después, además, quedará un interesante legado en el puerto, que ha acelerado en la mejora de muchas instalaciones.

Resulta irónico que, en plena celebración de la Copa América, el Salón Náutico, según parece, no podrá celebrarse en su edición de 2024.

L.C: Pues sí. El espacio es el que es. El salón no se podrá celebrar con la estructura que tenemos. No quiero decir que no vayamos a celebrar un Náutico. Lo que que está claro es que no se puede hacer como este en las mismas fechas que la Copa. Además, cada expositor se desplaza hasta Barcelona con tres o cuatro personas, y los días de la competición no habrá literalmente hoteles y, los que haya, valdrán… pues 3.000 euros. Durante los días de la regata, haremos algo. mymedic.es Seguro. Se está pensando también en mover un poco las fechas del salón hacia el final de la Copa América para aprovechar el rebufo de la competición y acabarla con el broche de oro. Veremos.

¿Qué tiene que hacer este evento para emocionar a los barceloneses?

L.C: El año pasado celebramos 60 años y quise vestir a Barcelona de marítima: poner dos barcos en el aeropuerto y uno en pleno Paseo de Gràcia. No fue posible. También me hubiera gustado vestir al obelisco de la Diagonal de Faro y tampoco. Tenemos administraciones que directamente no te dejan hacer cosas o son muy muy lentas. Nada que ver con lo que ocurre en otros salones como en Florida o Italia. Cuando tu llegas a Fort Lauderdale, Miami o Génova, ya desde el aeropuerto, por ejemplo, notas que se está celebrando un gran evento relacionado con la náutica, tanto en las terminales, por las calles… eso contagia, anima, da visibilidad.

Sería un punto muy a favor que estas cosas fuesen más dinámicas y fáciles. Curiosamente también pasa en el sector del comercio privado, que podría ser un buen aliado. Están demasiado dependiente de sus centrales y sin margen de improvisación, por ejemplo, en sus escaparates. El Náutico es un beneficio para la ciudad que sigue sin explotarse como debería.

Volvamos al salón: ¿Qué es lo más novedoso que se expone estos días?

L.C: Diría que la gran novedad es todo lo relacionado con Copa América. Se va respirando todo lo que llega a un año vista. La sostenibilidad también es un punto central y en general el diseño de los barcos, que ya no tienen que ver nada con los de hace pocos años. Fíjese, por ejemplo, en las proas de los barcos. No solo es cuestión de estética, sino de ser más efectivos. Por ejemplo, los materiales: los cascos son de materiales ahora mucho más reciclables.

También le diría, por poner un ejemplo concreto, que la centralización de muchísima tecnología que acaba en nuestros móviles. Todo es mucho más fácil ahora para quien navega y el objetivo final de todo ello es tanto hacer que todo sea más sencillo, con el respeto debido que se debe tener al mar, como para que ese mismo respeto que se le tiene al mar no sea miedo para quien llega de nuevas a este mundo. La clave es crear afición y hacer esto más atractivo.

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Barco ‘Smart Electric’ con motor eléctrico, producción totalmente automática a partir de paneles solares e hidrogenación para pasar días navegando sin ruido ni emisiones. © Jordi Blancafort

Hablando de cosas atractivas. ¿Qué le añadiría a este evento para que lo fuese aún más?

L.C: Desde que asumí la presidencia del Salón le he querido dar una buena vuelta a tener un Village con tiendas de las mejores marcas en la parte central de la exposición, compatibilizando lo que es puramente marítimo, naval, con lo más destacado de la moda. Es un empeño que tengo año tras año, aunque resulta difícil. Le daría un importante empuje a este evento y atraería tanto a quien viene por el aspecto central, como a quien le acompaña y tiene una oferta más diversificada, sin perder para nada la esencia del Náutico: poder tener todo lo relacionado con el mar en el mismo espacio.

¿En dónde estaría este salón a nivel europeo?

L.C: Estamos muy arriba, entre los cinco más importantes, aunque nos preceden claramente tres grandes: el primero sin duda es Dusseldorf, en Alemania. Es curioso, ¿verdad? Es una ciudad sin mar y tiene el mejor salón náutico de Europa. Eso se debe al interés que hay por el sector allí y sobre todo a que se mueve mucho, mucho dinero. Buena parte de los barcos que se venden allí, van directamente a Baleares. El segundo sería Génova y el tercero Cannes. En el italiano prima el diseño y en Francia la afición por el mar. Hace unos años estábamos por encima del de la Costa Azul, pero en los últimos años por ese boom por el mar nos ha superado.

Concluimos: ¿La ciudad se ha de poner las pilas en lo marítimo?

L.C: Absolutamente. Las administraciones y, sobre todo la que dirige nuestro alcalde ha de darle más energía a la visibilidad de nuestro sector. Muchos, desde el sector privado, ya remamos, aunque necesitamos que la administración vea al mar y la náutica como algo más de nuestra Barcelona.

Agradecimiento a Dufour Yachts por cedernos el barco eléctrico Smart Electric para la entrevista.

 

Javier Ortega Figueiral

Javier Ortega Figueiral (Barcelona, 1972) Siempre le gustó viajar y desde bien pequeño le interesaron todos los medios con los que poder hacerlo, en especial los aviones, los barcos y el sector de la hotelería. De formación jurídica, quiso luego convertir su pasión en profesión contando, desde 1998 historias sobre aviación, para luego ampliarlo a asuntos marítimos y hoteles desde el periodismo. Lo hace en prensa escrita, televisión y radio. Sus trabajos en medios han sido reconocidos con varios galardones de prensa.