Austria es un destino fantástico para recorrerlo al ritmo cadencioso del ferrocarril. Los trenes siempre son sinónimo de un viaje más auténtico, más romántico. Ocurre incluso con los trenes más modernos y cómodos, como los que emplea la compañía ÖBB. Unas siglas que significan Österreichische Bundesbahnen, o lo que es lo mismo: Ferrocarriles Federales Austriacos.
Esta compañía pública recorre prácticamente todo el territorio austriaco y está considerada entre las más puntuales del mundo. Su calidad es uno de los motivos que nos llevan a proponeros este viaje en tren por Austria. Pero hay más razones. Por ejemplo, las relativas pequeñas dimensiones del país con unos 83.000 km2, es decir, algo menor que Andalucía.
Y por supuesto otro motivo para emprender este viaje es disfrutar desde la ventanilla del tren de unos paisajes superlativos. Allí se van alternando los relieves montañosos alpinos con espectaculares valles por los que discurren los grandes ríos del país. Y a la cabeza de todos esos ríos aparece el Danubio que riega las principales austriacas, entre ellas la elegante Viena.
El inicio del viaje
Viena pese a estar en la zona oriental de Austria es el seguramente el mejor lugar para emprender este viaje. Entre otras cosas porque si se llega al país también por tren, la capital austriaca está perfectamente ubicada por vías internacionales con otros países europeos. Y lo mismo podemos decir de su aeropuerto.
En cuanto a qué visitar en Viena, ciertamente esta ciudad por su elegancia, historia y dinamismo puede ser por sí sola de un artículo más amplio. Así que nos reservamos para esa ocasión hablar de sus palacios, sus salas de conciertos, de la emperatriz Sissí, de su parque del Prater o de sus cafés. Ahora solo os vamos a nombrar la Hauptbahnof o Estación Central. Dirigiros a sus taquillas y elegir destino. Todo el país está a vuestro alcance. ¿No sabéis donde? Aquí van unas cuantas ideas.
Remontando el Danubio
La capital vienesa está regada por el Danubio, pero este río antes de llegar aquí atraviesa otros muchos sitios de interés en Austria.
Uno de ellos es el Monasterio de Melk. Este lugar es una de las más grandísimas joyas del patrimonio austriaco. Sin duda una de las grandes creaciones del barroco europeo del siglo XVIII. De hecho aquí trabajaron algunos de los artistas y artesanos más prestigiosos de todo el continente. Y entre todos ellos crearon un conjunto de alcanza unas cotas de virtuosismo admirables.
Y remontando el Danubio, igualmente podemos llegar a la ciudad de Linz. Esta urbe de la Alta Austria se ha convertido en sinónimo de modernidad. Un lugar que ha hecho una decidida apuesta por el siglo XXI. De ahí que los principales motivos para visitarla sea descubrir lo que nos espera en el Museo del Futuro, adentrarnos en las exposiciones de la Ciudad del Arte Digital o sorprendernos con la innovación del Ars Electronica Center.
De balnearios, lagos de montaña y música
Un viaje en tren por Austria que sin duda cuadra con esa idea romántica de desplazarse es el que nos llevará hasta la zona de Salzkammergut. Las vistas del recorrido son sencillamente preciosas y además de eso están las diferentes paradas que se pueden hacer. Podemos llegar hasta las termas de Bad Ischl y su villa imperial o se puede visitar la ciudad de Gmunden, famosa por su cerámica, enclavada entre las brumas que suelen envolver al lago Traunsee.
Y un poco más hacia el oeste nos espera Salzburgo, la ciudad donde todo suena a su hijo más ilustre: Wolfgang Amadeus Mozart. La música inunda esta bella urbe declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Los acordes de los violines y oboes suenan todo el año y en cualquier momento, pero eso se multiplica durante los días del Festival de Salzburgo, el cual en 2020 cumplirá 100 años. Si no se conoce Salzburgo, esa será una estupenda oportunidad para descubrir este lugar cargado de belleza visual y sonora.
Austria y los Alpes
El sur de Austria es la parte más montañosa. Aquí se encuentran algunas de sus estaciones invernales más conocidas, a las cuales también es posible llegar en tren, ya que ciudades como Innsbruck están perfectamente comunicadas por vía férrea.
Por cierto, si viajamos hasta Innsbruck desde Viena, aquí va una idea tanto para el verano como para el invierno. Ir a Zell am See. Un paraje alpino de una belleza difícilmente olvidable. Los amantes del esquí aquí encontrarán el acceso a sus pistas soñadas. Y aquellos que les guste salir a caminar por la montaña que no se olviden las botas y la mochila, porque este preciso lago y sus inmediaciones les proporcionarán sendas estupendas para disfrutar de la naturaleza.
Y queremos culminar las propuestas ferroviarias por el territorio austriaco recomendando el descubrimiento de otra ciudad al sur del país. Hablamos de Graz. Es una ciudad de embrujo medieval sin duda. Pero entre todo ese laberinto de hace siglos en 2003 se levantó una obra sorprendente: el Kunsthaus. Un museo de arte que es una obra arquitectónica propia del estilo High Tech, cuyas formas orgánicas a día de hoy están perfectamente integradas en el entorno histórico.
En definitiva, Graz y su Kunsthaus es una metáfora perfecta de lo que nos propone un viaje en tren por Austria. Un país que combina la historia, la elegancia y el saber hacer de siglos con la modernidad e intensas programaciones culturales. A lo que hay que sumar una naturaleza esplendorosa, que los propios austriacos se preocupan de cuidar y conservar. Un ejemplo: el 100% de la electricidad que usan sus trenes proviene de fuentes de energía renovables.
¿A qué esperas? Empieza a preparar esta escapada ya.